CCAD en breve

La Comisión Centroamericana de Ambiente y Desarrollo (CCAD) fue constituida con la misión de desarrollar un régimen regional de cooperación e integración ambiental que contribuya a mejorar la calidad de vida de las poblaciones de sus Estados Miembros. Su accionar ha respondido a los Planes Ambientales de la Región Centroamericana (PARCA); el primero fue adoptado en 1999 para el período 2000-2004, y estuvo orientado a operativizar la Alianza Centroamericana para el Desarrollo Sostenible (ALIDES) e iniciar la consolidación de la CCAD en su conjunto. El PARCA II, abarcó el periodo 2005-2009 y planteó un abordaje centrado en el desarrollo de instrumentos para la gestión ambiental y en el establecimiento de alianzas regionales intersectoriales. El PARCA III 2010-2014, se enfocó en la gobernanza ambiental. Dado que su vigencia finalizó, el Consejo de Ministros acordó formular una Estrategia Regional Ambiental con vigencia 2015-2020.

La región centroamericana es geográficamente rica en biodiversidad. Contiene el 8% de la biodiversidad biológica mundial distribuida en 206 ecosistemas, 33 ecorregiones y 20 zonas de vida. Posee alrededor del 12% de las costas de Latinoamérica y el Caribe, incluyendo 567,000 ha de manglares, 1,600 km de arrecifes coralinos. La gestión de esta biodiversidad en esta región se ve condicionada por la estructura social de la tenencia de la tierra, el crecimiento de la población y de las desigualdades, las migraciones y la pobreza, así como por prácticas productivas (principalmente agrícolas) que han generado pérdida, degradación y fragmentación de hábitats, sobreexplotación de recursos naturales, contaminación y degradación ambiental (Estado de la Región, 2008).

Desde el contexto actual de la economía y el ambiente, los países de la región SICA actualmente realizan importantes esfuerzos en la adecuación de la matriz productiva para su inserción en el mercado regional y global, y en la búsqueda de balances óptimos entre los patrones energéticos y las externalidades negativas producidas por emisiones contaminantes. En este sentido, la región ha demostrado compromisos serios por parte del sector privado en los procesos de carbono neutralidad y certificaciones ambientales así como cambios en la matriz energética regional. Aunque la región centroamericana posee un capital hídrico per cápita de aproximadamente 31.064 Mm3/año, este recurso no está distribuido de forma homogénea debido al mismo sistema natural que distribuye el recurso en tiempo y espacio de manera no uniforme y a las características de los sistemas de abastecimiento en la región. Del lado de la demanda solo se aprovecha el 8% de la oferta hídrica.

La cobertura de acceso al agua y saneamiento es baja y hay poco tratamiento de aguas y alcantarillado público. La carencia de agua para el consumo humano afecta la salud de los habitantes. Los datos señalan que dos tercios de la población centroamericana no cuentan con servicio de saneamiento (IUCN, 2011).

La región en su totalidad es altamente dependiente de los combustibles fósiles importados como principal fuente de energía primaria para el desarrollo, lo cual sumado a un panorama internacional complejo y a la creciente vulnerabilidad climática, entrelaza y contrapone inevitablemente el modelo de desarrollo económico a la conservación ambiental. Aunado a lo anterior, la ubicación geográfica de esta región ha sido definida de alta vulnerabilidad por el Panel Intergubernamental de Expertos sobre Cambio Climático IPCC (IPCC, 2007). La recurrencia de sequías, inundaciones y huracanes pone en riesgo las economías de la región basadas en recursos naturales que dependen fuertemente del clima (agricultura, turismo, etc.). En este contexto los países de la región han demostrado el interés de encaminar acciones frente a la amenaza del cambio climático, redoblando esfuerzos en este sentido, ya que por un lado tienen que atacar las causas estructurales de la vulnerabilidad socioeconómica y ambiental para mejorar la capacidad de adaptación de las poblaciones y por otro reducir sus emisiones de CO2.

Como contraste, la riqueza biológica y cultural que expresan en sí mismas una resiliencia ambiental y social de enorme importancia, son un activo fundamental para enfrentar estos retos tanto en materia ambiental como de desarrollo. Fortalecidos y bien administrados estos baluartes y sumados a alianzas y participación activa del sector público y privado, permitirán sin duda alguna, garantizar en la región la seguridad para sus habitantes, conservar el patrimonio natural y cumplir con su responsabilidad planetaria.

A continuación se presentan un resumen del estado actual y los principales desafíos que enfrenta la región:


La región está más poblada, es más urbana, posee economías abiertas al sistema internacional y democracias electorales. (Estado de la Región, 2008).

En términos demográficos, una creciente población joven y un alto índice de migración. En lo económico y social, un crecimiento económico pujante pero con enormes desigualdades sociales que sumen a miles de personas en la pobreza.

Desde el ámbito político, democracias e instituciones con un marco legal que favorece la protección y conservación ambiental pero que requiere fortalecer su capacidad de respuesta para cumplir a cabalidad con la implementación de las normas y políticas en este campo, el acceso a la información, a la participación y la justicia en materia ambiental.

La región, tanto por su ubicación geográfica y natural, como por su alto índice de pobreza y déficit social, se convierte hoy por hoy en una de las regiones más vulnerables y amenazadas por el cambio climático. Actualmente es objeto de nuevos regímenes de intensas lluvias y tormentas, grandes sequías y nuevos fenómenos ambientales.

La energía producida en Centroamérica es fundamentalmente derivada de combustibles fósiles; asimismo hay países que en algún porcentaje han incorporado a su matriz energética energías renovables como la hidroeléctrica, geotérmica, eólica, solar, biomasa (los desechos de la caña y el biogás) y biocombustibles (etanol y el biodiesel)

Objetivo de la Estrategia

“Promover la Integración ambiental de la región para el desarrollo económico y social de sus pueblos, articulando esfuerzos y potencializando los recursos disponibles”.

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